Me dejó gran inquietud y bajas calificaciones

Eso al menos reza una canción mejicana. Esa fue la de la mochila azul. Pero las bajas calificaciones ahora las dejan las agencias (las de calificación, se entiende). Es curioso, hace unos años ni siquiera sabía de la existencia de estas agencias, ni que las economías de los países pudiesen tener calificaciones bajas, como suspender mates, vamos, y menos aún conocía las implicaciones de esas calificaciones.

Ahora todo gira en torno a estas famosas agencias, Fitch, Standar & poor's.... y medio mundo se hace literalmente caquita cada vez que sacan el cuadernillo de notas a pasear para que los gobiernos y los mercados (mama y papa) las firmen.

Y yo me pregunto, ¿no fueron estas agencias las que nos metieron, o ayudaron en gran parte a ello, en este embolado de la crisis? ¿No fueron ellas las que calificaron con triples A (que debe ser como sobresaliente o más) productos financieros que sabían a ciencia cierta que eran auténtica basura? ¿Alguna de estas agencias ha asumido responsabilidades por lo que hizo? ¿Las asumirán por lo que están haciendo?

Porque cada vez que mentan la prima de riesgo se desploman los mercados, el euro se desestabiliza (que casualidad que sea americanas, no?) y damos un paso atrás para salir de la crisis en lugar de dar pasitos hacia delante.

Vamos resumiendo, ¿Quienes coño son y a qué cojones se creen que están jugando?

Una tortura china

Con razón en China lo practican como tortura, la falta de sueño. Privan a sus prisioneros de dormir durante una semana entera, y eso basta para romper tu fuerza de voluntad y moldear tu personalidad.

Pues bien, a mi no me está torturando nadie más que yo misma, pero llevo durmiendo fatal tres noches seguidas, y empiezo a comprender la tortura del sueño, y eso que yo si que duermo un poco en esas interminables noches. Las dos primeras me dormí rápido, concilié el sueño nada más meterme en la cama y dormí profundamente, como unas dos horas, después de desperté y nada de nada. Anoche eran las dos y pico cuando decidí levantarme a tomarme una infusión relajante (tila, melisa, y no se qué hierbas más). Parece que surtió efecto, eso si, a primera hora de la mañana ojiplática estaba de nuevo.

Y lo peor es que sé cual es el motivo: ansiedad por el trabajo, por la nueva web, por tenerlo todo listo y por enseñar a Silvia y a Carlos antes de irme a mis merecidas vacaciones, y porque el nubarrón del desastre sobrevuela mi cabeza.

Quiero dormir, necesito dormir, tengo que dormir... y aún así le doy mil vueltas a la cabeza con el curro.

Ya veremos como acaba esto... o si esto acaba conmigo.

Lo que los chicos no entienden

Lo que los chicos no entienden, en su inmensa mayoría, es lo necesarias, catárquicas, saludables y altamente recomendables que son las noches de chicas, las tardes de chicas, las comidas de chicas, vamos, quedar con tus amigas a echarte unas risas!

Las chicas necesitamos esto como respirar, o ir de compras... Sobre todo a medida que pasa el tiempo, y la vida, las responsabilidades, los trabajos etc... hace que esa relación que antes tenías se vaya diluyendo, entonces, quedar un día y recuperarla se convierte para nosotras en una cita ineludible, que marcamos en rojo en el calendario y esperamos con impaciencia, como si fuera una primera cita.

Pasar el tiempo cotilleando, hablando del trabajo, quejándote, porqué no... recordando también, planeando y sentir que algunas cosas no cambian.

El amor y la furia

Es el título del último libro que acabo de leer, "El amor y la furia. La verdadera historia de amor de Elizabeth Taylor y Richard Burton". El amor y la furia, el amor y la pasión, el amor y la convivencia, el amor y el deseo, el amor y la otra persona.

Ellos se amaron, mucho, y discutieron, mucho, se casaron y divorciaron dos veces, basaron su relación de pareja en las peleas y las reconciliaciones, pero además sabían que no podían vivir el uno sin el otro, ni el uno con el otro. Una relación de esas de película a la que estaban avocados.

Lo curioso es comprobar la cantidad de relaciones basadas en las discusiones. Mi madre siempre me dice que mi tía y su marido se pasaron la vida discutiendo y que se tiraban los zapatos a la cabeza, pero también se quisieron mucho toda la vida.
Alguien me dijo una vez, al comentario de que yo no discutía nunca con mi pareja, que era triste no conocer el sexo de reconciliación. Es cierto, no lo conozco, y no lo necesito.

Es una cuestión que me tiene cautivada, cómo hay parejas que no paran de discutir y aún así siguen juntas, que a pesar de gritarse, insultarse y volverse locos, se quieren, ¿se quieren?

Mi relación es tranquila y apacible, un mar calmo...las marejadas las dejamos para otras cuestiones, ¿Porqué poner toda tu fuerza y pasión en una discusión cuando puedes ponerla en otras cosas?

La fragilidad de un sueño de ladrillo.

Recuerdo la primera vez que mi novio me dijo que le había tocado un piso de protección oficial y todo el mundo me felicitaba. Mi reacción inicial era de risa, “felicitadle a él, sólo llevamos juntos cuatro meses” decía.
Bien, esos cuatro meses se han convertido en algo más de cuatro años y el que debía ser nuestro hogar, nuestra casa, esa por la que la gente me felicitaba se ha convertido en un sueño roto de ladrillo y mentiras.
Hace cuatro años que se celebró el sorteo, pues bien, a fecha de hoy esa casa no existe, es un patatal, una parcela vacía en frente del Hospital Puerta de Hierro (Majadahonda). De las cuatro parcelas que formaban la promoción de mil viviendas con la que los políticos compraron el voto allá por el 2007, dos están en construcción (con fecha prevista de entrega 2012, una en el primer trimestre, la segunda en el último), las otras dos parcelas se sacaron a concurso privado este año, parece ser que el IVIMA se “comió” el dinero que debía ir al concurso público de estas dos parcelas. El plazo de presentación concluyó el pasado 6 de junio, sólo una de las parcelas consiguió constructora. La parcela RO-06 de la promoción Valle de la Oliva de Majadahonda se ha desvanecido en el humo, entre mentiras de políticos, retrasos inexplicables, consecuencias de crisis económicas y promesas rotas llevándose con ella la esperanza de más de ciento sesenta personas.
Y ahora ¿Qué? Mi novio fue “agraciado” con un piso de protección oficial hace cuatro años, y ahora no existe. ¿Cómo pueden jugar así con la gente? ¿Qué esperanzas hay? ¿Cuál es el siguiente paso? Nos han dejado perdidos y con las manos vacías, preguntándonos una y otra vez cómo puede romperse un sueño hecho de ladrillo.