martes, 30 de agosto de 2016

Sobre niños y faldas

Dos noticias en El País, no una, dos, sobre prácticamente el mismo tema. Una madre famosa y otra desconocida, dos niños, dos faldas...
Las críticas a Charlize Theron por una foto en la que se ve a su hijo de 4 años disfrazado de Frozen, si, con peluca y vestido azul, o el mensaje viral de una madre americana a quien un desconocido increpó en el parque porque su hijo llevaba un tutú.
Niños vistiendo como niñas, ¿o debería decir niños vistiendo como niños? Mi sobrina vistió, desde que pudo protestar lo suficiente, únicamente con chándales del decathlon. Ahora es licenciada en Bellas Artes, ha expuesto en varias ocasiones, trabaja los fines de semana para ganar un poco de dinero para sus caprichos, es responsable y un orgullo. A mi sobrino de niño le encantaba ponerse mis tacones y mis vestidos. Cada vez que venían a comer a casa entraba en mi habitación y me hacía disfrazarle con mis cosas. Ahora juega al fútbol y está decidiendo qué quiere hacer con su vida, seguramente, estudiar ciencias.
No tengo hijos, y considero que no tengo la potestad de decirle a nadie cómo criar a los suyos, pero sinceramente, la actitud tanto de Charlize Theron como de la madre anónima me parece que es la mejor forma de hacerlo. A los niños hay que dejarles ser niños, que jueguen, que experimenten, que se diviertan, con vestidos de princesas o tutús de bailarinas.
Hace no tanto tiempo las mujeres tenían prohibido llevar pantalones, y hace muchísimo tiempo los hombres, los soldados y guerreros llevaban falda. ¿Qué más da lo que lleve el niño?

lunes, 4 de julio de 2016

Lo que hay que cambiar

Mucho se ha hablado, se habla, y  con razón, de feminismo, patriarcado, violencia de género, violencia machista, micromachismos, etc.

Mucho se habla, pero, ¿se conciencia?

Os cuento una experiencia personal, y os dejo que lo penséis, que os llegue a la conciencia...

Clase de inglés, ejercicio sobre deportes de riesgo, sobre concepción del peligro y del miedo. En el ejercicio nos pedían enumerar por orden lo que cada uno consideraba más peligroso a menos peligroso, y luego discutir sobre el tema, las acciones a valorar eran:


  • Conducir con exceso de velocidad
  • Esquiar o montar en bicicleta sin casco
  • Caminar sólo por la noche
  • Comer algo con la fecha de caducidad pasada

En clase todos coincidimos con la que nos parecía más peligroso, conducir con exceso de velocidad, al marcar la segunda, algunas chicas eligieron caminar sólo por la noche, ningún chico, yo escogí montar en bicicleta o esquiar sin casco como todos los chicos. Llegados a la tercera opción, las chicas que no la habían marcado como segundo eligieron caminar sólo por la noche, de nuevo ningún chico, para ellos es más peligroso comer algo con la caducidad pasada. En el cuarto punto todas las chicas pusimos lo de comer algo con fecha de caducidad pasada, los chicos, pasear solos por la noche.

Ninguna de las mujeres que estábamos en esa sala de inglés fuimos capaces de hacerles comprender a los hombres presentes la peligrosidad que puede entrañar caminar sola por la noche, no pudimos concienciarles del miedo que puede causar a una mujer. Sonreían y seguían aferrados a que consumir comida con la fecha de caducidad pasada era más peligroso que caminar solo por la calle. 

Sentí impotencia, por no poder hacérselo comprender. Quizás por eso he sentido la necesidad de compartirlo, por ver si alguien ahí fuera me comprende, ¿me comprendéis?