Justo ayer pensaba que ya me había acomodado. Aunque hay una
parte de mi que quiere salir de aquí con todas sus fuerzas, hay otra que no
quiere poner sus fuerzas en intentarlo.
Y entonces llegó el post de Let, a remover mis dudas, mis
ganas, mis miedos, mis fuerzas. Otro dicho de la Gordi resuena en mi cabeza
cada vez que la vergüenza, porque no es miedo, es vergüenza se pone en mi
camino, “quien no llora no mama”.
Pero nunca se me dio bien llorar, nunca se me dio bien pedir, aquí viene la
parte de vergüenza. Me da vergüenza decirle a alguien a quien apenas conozco “estoy
aquí, esto es lo que sé hacer, esto es lo que me gusta, mi pasión”, así que
supongo que un día me pondré a beber una botella de vino y cuando el alcohol
gane la partida escribiré todas esos mails.
Dar el paso, así cerraba ella su post. Perder el miedo o la
vergüenza. Arriesgarse. Es más difícil de lo que pueda parecer. Y entonces, ¿ganan ellos?