sábado, 11 de junio de 2011

La fragilidad de un sueño de ladrillo.

Recuerdo la primera vez que mi novio me dijo que le había tocado un piso de protección oficial y todo el mundo me felicitaba. Mi reacción inicial era de risa, “felicitadle a él, sólo llevamos juntos cuatro meses” decía.
Bien, esos cuatro meses se han convertido en algo más de cuatro años y el que debía ser nuestro hogar, nuestra casa, esa por la que la gente me felicitaba se ha convertido en un sueño roto de ladrillo y mentiras.
Hace cuatro años que se celebró el sorteo, pues bien, a fecha de hoy esa casa no existe, es un patatal, una parcela vacía en frente del Hospital Puerta de Hierro (Majadahonda). De las cuatro parcelas que formaban la promoción de mil viviendas con la que los políticos compraron el voto allá por el 2007, dos están en construcción (con fecha prevista de entrega 2012, una en el primer trimestre, la segunda en el último), las otras dos parcelas se sacaron a concurso privado este año, parece ser que el IVIMA se “comió” el dinero que debía ir al concurso público de estas dos parcelas. El plazo de presentación concluyó el pasado 6 de junio, sólo una de las parcelas consiguió constructora. La parcela RO-06 de la promoción Valle de la Oliva de Majadahonda se ha desvanecido en el humo, entre mentiras de políticos, retrasos inexplicables, consecuencias de crisis económicas y promesas rotas llevándose con ella la esperanza de más de ciento sesenta personas.
Y ahora ¿Qué? Mi novio fue “agraciado” con un piso de protección oficial hace cuatro años, y ahora no existe. ¿Cómo pueden jugar así con la gente? ¿Qué esperanzas hay? ¿Cuál es el siguiente paso? Nos han dejado perdidos y con las manos vacías, preguntándonos una y otra vez cómo puede romperse un sueño hecho de ladrillo.